miércoles, 29 de febrero de 2012

"¿Alguien me quiere?"

Con toda seguridad, fui yo quien decidió que esto fuera así. Se le podría reprochar a un Dios cruel, al destino, a la mala suerte. Todo falso. Vaguedades. Si hay algún culpable de mi situación, ese soy yo.
Sin embargo, me duele ver que cualquier persona, animal o cosa, hasta un ordenador o un vehículo, sean capaces de generar sentimientos en los demás que yo no puedo. Hasta el mismísimo John Nash tuvo a un grupo de personas que lo apoyaba y arropaba. Vivo rodeado de la soledad más absoluta, la que yo mismo perseguí durante horas y horas de medida deshumanización; pero no soy feliz, no lo he conseguido. Me equivoqué, lo admito.
Ahora solo me queda seguir enviando estos mensajes huecos a través del espacio y el tiempo, con la débil esperanza de que algún día alguien me pueda responder de forma sincera a una pregunta tan simple pero a la vez tan angustiosa.

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